jueves, 10 de noviembre de 2011

Capitulo V; Charlotte

Jadeante, llegué a casa, para mi asombro, mister Bernarh no estaba, así que no se enteraría del futuro revuelo que iba a ver aquí este día.
-          ‘’Y por fin, la princesa llegó a su palacio, con su sonrisa resplandeciente por haber pasado la noche y haber perdido toda la inocencia de una niña. Ya por fin convertida en mujer’’- Relató Xemerius en su novela  imaginaria.
-          ¿Dónde estas?- Pregunté al no poder adivinar de donde provenía la voz.
-          ¡Aquí! ¡En la cosa esta con ocho patas! Arácnido me parece que se llama.
Pegué un chillido cuando vi a una espantosa araña negra que estaba siendo utilizada como sillón de Xemerius.
-          ¿No te da asco sentarte ahí?- Pregunté asqueada.
-          ¿La viajera del tiempo barra(/) princesa tiene miedo de una pequeña arañita?
-          No tengo miedo pero… ¡Pequeña dice! ¡Si es enorme!
-          Bueno va, ¿Qué tal la noche pillina?
Noté como se me encendían las mejillas descaradamente. ¡Esa no es pregunta que hacerle a una princesa!
-          Bien. ¿Y mi prima?
-          ¿Te refieres a la llorona loca que se ha encerrado en su cuarto?- Asentí.- En su cuarto, pero se ha encerrado, eh.
-          Bah, sé donde están las llaves de todas las habitaciones- Dije mientras cogía con una sonrisa pícara las llaves con una ‘’Ch’’ de llavero del azucarero.
-          Mira que lista, y parecía tonta cuando la compramos- Dijo entre risas Xemerius.
Ofendida, entre risas, fui hacia el cuarto de mi prima, subí los escalones de dos en dos, con una amplia sonrisa. Pero justo en ese momento me detuve al escuchar los sollozos de mi prima a través de la puerta.
Y entonces pensé mejor, ¿qué iba a decirle? ‘’Oye Charlotte, que el chico que tu amas desde pequeña, está enamorado de mi en tan solo una semana. Y yo de él, sólo que nos has pillado en una situación un poco incómoda. Espero que no te afecte mucho, y menos que se lo digas a nadie’’
Hasta este momento no me había dado cuenta de lo egoísta que había sido; solo me había preocupado de mi bienestar, que mi familia no se enterara. Pero… ¿Y  el corazón de mi prima?
Vale que no nos lleváramos muy bien, pero eso no significaba que hiciera que mi prima sufriera por mi culpa. Así que me armé de valor, saqué la llave del bolsillo y entre.
-          ¿Qué quieres?- Preguntó tendida en la cama, con el maquillaje corrido por la mejilla.
Me acerqué a ella, me arrodille y le limpie con mis dedos los párpados llenos de rímel.
-          Sólo quería saber que tal estabas. Nada más.
Charlotte se incorporó.
-          ¿No me estás viendo? Dios, esto es humillante.
-          ¿Por qué? Se supone que somos familia, no tiene por qué ser humillante.- Con la mirada fija en el suelo continué- Me hubiera gustado tanto que no te hubieras enterado de esa forma…
-          ¿Cómo has podido? Sabias que Gideon era mi… Que estaba enamorada de él.
-          Yo no sabía nada Charlotte, pero de todas formas… No he podido controlar nada. Y créeme, no has sido la única que ha derramado lágrimas por él.
Me senté en su lado. Charlotte me miro confusa.
-          ¿Has llorado alguna vez por él? No me lo creo…
-          Pues créetelo, porque lo conozco de… Tres semanas, y con todo lo que he llorado por él se podría regar el Sahara.
-          ¿Y por qué has llorado? Creía que tu historia con él era… Magnifica, como un cuento de hadas. Por lo menos eso parecía esta mañana- Inmediatamente las lágrimas inundaron su rostro.
-          Bueno… Para eso te tendría que contar toda la historia, e incumbe al conde y a todos esos vigilantes…
-          Cuéntame, por favor.
-          Esta bien. Bueno, todo empezó el dia en que nos atacaron en Hyde Park…
Empecé a contarle todo, TODO, como había matado a aquel hombre, cuando coincidimos con Lucy y Paul y en el confesionario, nos dimos el primer beso… Todo hasta en este momento incluido todas las tramas de parte del malvado conde, y lo de que soy inmortal… Y ahora Gideon también.
Me sorprendió a mi misma, la tranquilidad con que contaba todo, como cuando le contaba cuentos inventados o alguna de las películas favoritas de Leslie y mías a mi hermana Caroline. Pero más me sorprendió ver que Charlotte, no mostraba ningún signo de asombro. ¿Quizá lo sabría? Cuando terminé, las dos suspiramos fuertemente al unisono.
-          Entonces… El conde as mister Withman está encerrado en el calabozo de Temple por haber creado todo esto para… ¿Nada? Tú eres inmortal, y Gideon igual. Y tus padres son… ¡Lucy y Paul!- Asentí- Entonces tú y yo… ¿No somos primas?
De pronto sentí un pinchazo en mi interior, jamás se me habría pasado por la cabeza que la idea de no tener a miss perfecta de prima me pudiera causar tanto dolor. Por primera vez desde que tengo uso de razón, le abracé con todas mis fuerzas.
-          ¡No! ¡No digas eso! Tú siempre serás para mi prima perfecta, a la que odio y envidio a veces porque todo lo haga como debe ser y que a mi me deje en mal lugar.
Para mi sorpresa, ella me abrazó más fuerte aun.
-          Y tú siempre serás esa prima alegre y sencilla a la que a veces envidio de como es; que siempre se lo tome todo por la parte divertida, y que sepa vivir sin ataduras…
-          ¡Te quiero Charlotte!
-          ¡Te quiero Gwenny!
¡Dios! ¿Enserio habíamos dicho eso nosotras? Lo que podía hacer un simple chico en dos adolescentes. Algo increíble. Al parecer, debo ser como un libro abierto, ya que Charlotte dijo:
-          Más vale que esto no salga de estas cuatro paredes.
-          Créeme, te lo prometo.
Las dos nos reímos fuertemente.
-          ¡Charlotte! ¿Estás bien cariño?- La tía Glenda apareció por la puerta del dormitorio alteradísima.- Cuando he escuchado tu mensaje casi me da algo, ¿qué tenías que contarme?
-          Que…- Charlotte me miro inexpresiva con su sonrisa de Mona Lisa, aquella sí que era mi prima.- Que me duele mucho la cabeza, y que me encuentro realmente mal mamá, sólo era eso.
No pude evitar sonreir.
-          ¿Y tú de que te ries dichosa niña? ¿Esque te alegras de que tu prima esté asi? ¡Tira, sal de aquí y deja a tu prima descansar!- Me chilló.
-          Yo… Adios Charlotte, espero que esto te haya servido para ver que… Yo también me merezco algo.
Mi prima asintió con una sonrisa más… Humana. Mientras salía de la habitación escuche los murmullos de mi tia quejándose de mi, que obvio.
Por lo menos… Por hoy sería un dia tranquilo, además, tengo que llamar a Leslie, una no se convierte en mujer todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario