miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capitulo X; celoso sin motivos


-Espera un momento Gweny ,¿me estás diciendo que Gideon se ha puesto celoso, y encima de Gordon?-me dijo Lesley- Es la cosa más estúpida que he oído en mi vida.
-Ya, al principio creía que me lo decía de broma, y me parecía muy mono, pero luego se ha puesto celoso de verdad, y no lo he resistido, asique me he ido de su casa-le dije derramando lágrimas.
-Bueno Gwendolyn, seguro que lo arregláis, ya veras, seguro que es un enfado tonto-me dijo en un intento fallido de consolarme.
-Pues eso espero, pero yo no le voy a llamar, que me llame él, que es él el que se ha puesto hecho una furia, asique que me llame él.
-Bueno mira porque no te vas a dormir que ayer no dormiste nada, y además mañana tenemos colegio-me dijo mi gran amiga.
-Está bien, mañana nos vemos y hablamos, y ahora voy a llamar a Raphael para que hable con Gideon-me dijo, le quise decir que no lo hiciese, pero ya había colgado.
Me quite el vestido, y ni me moleste en dejarlo en su sitio, sino que lo deje tirado en el suelo. Me puse mi pijama, y me metí en mi cama. Me quedé dormida al segundo, pero recuerdo que mi último pensamiento fue porque se puso así de celoso sin motivo alguno.
A la mañana siguiente me despertó un rayo de luz que entraba por mi ventana. Mire el reloj y vi que todavía quedaba un rato para que mis hermanos se despertasen, asique aproveche para darme una ducha con toda la calma del mundo, lavarme el pelo, y luego secármelo con calma.
Después de hacer todo esto me puse el uniforme de la escuela. Y justo apareció Xemerius cantando la canción de Friends will be friends, la misma canción que cantaba el día que nos conocimos.
-Valla, parece la bella durmiente al fin se ha despertado, y se ha vuelto a poner su camisa de color pipí, que al parecer tanto le gusta.
-Hola a ti también, donde has estado estos días, no te he visto mucho últimamente-le dije sonriente.
-Pero si eres tú la que no apareces por casa, anoche te vi, pero te fuiste derecha a tu cuarto, y cuando entre a la media hora, estabas dormida, es que claro tanto irse al pajar cansa ¿no?
-Pero bueno, no tienes ni idea de lo que estás diciendo, además nos hemos peleado-dije muy triste.
-Ay te vas a volver a poner a llorar otra vez, asique lo mejor es que me valla, porque no puedo soportar a las chicas lloronas-dijo atravesando la pared de mi habitación.
-¡Insensible!-le conseguí gritar antes de que desapareciera por la puerta. En mi rostro apareció lo que parecía ser una pequeña sonrisa.
Bajé corriendo las escaleras para desayunar cuando ya había escuchado algún que otro chillido de Caroline, porque no se quería levantar.
Cuando llegué a la mesa estaban desayunando Charlotte y la ti Glenda, cada una con su desayuno de siempre.
-Hola-les dije cuando me senté, pero no obtuve respuesta de ninguna de las dos, no entendía porque, creía que lo había arreglado con Charlotte, pero cuando la mire me puso una sonrisa, por lo que supuse que no me dijo nada por su madre.
-¿Ya estas mejor Charlotte?, ¿hoy vas a ir al colegio?-le pregunte con una sonrisa, pero la que contesto fue su madre.
-No, no va a ir al colegio, pero tiene puesto el uniforme del colegio, y se ha levantado pronto, por gusto-me dijo irónicamente. No me moleste ni en contestar, asique me tome mi desayuno lo más rápido que pude y salí por la puerta para ir al colegio, sin despedirme ni siquiera de mis hermanos.

sábado, 26 de noviembre de 2011

capitulo IX

Genial, ¿y yo ahora qué le digo a mi madre? ''Mamá tranquila, he pasado la noche en casa de Leslie, Gideon yo no hemos vuelto a saber nada del otro. ¿Qué Charlotte te ha dicho qué?'' Dios, me sonaba patético incluso a mí.
- Ho...Hola mamá- Me arrodillé a su altura y le di dos besos- ¿Qué haces aquí? ¿Me estabas esperando?
- ¿Dónde has estado, cariño? No has venido a dormir a casa.- Dijo con la mirada tierna y confiada de un corderillo.
Dios, los comentarios de Xemerius se me estaban pegando rápidamente.
- Ayer, para celebrar todo lo que pasó, bueno... Nos fuimos a un bar Leslie, Gideon, el hermano de Gideon Raphael y yo. Como sabía que me iba a tocar explicarle todo lo ocurrido a Lady Arista, no quería volver a casa, no estaba de tan buen humor como para hacerlo. Así que Leslie me invitó a dormir a su casa.- Me excusé, incluso a mí me sorprendio la buena historia que me había montado pero...
¿A quién iba a engañar? Mi madre me conocía perfectamente.
- Cariño, estas entrando en una edad donde... Tus hormonas empiezan a experimentar nuevos deseos, sólo quiero que estes segura de lo que quieres hacer, y si realmente lo quieres.- Como dije antes, mi madre me conocía a la perfección.
Le dí otro beso en la mejilla y le dije:
- Mamá, le quiero.- Y dicho esto me subí a mi habitación.
Cerré la puerta satisfecha, pero mi sonrisa triunfal desapareció de un momento a otro cuando recordé lo que había pasado antes con Gideon. ¿Por qué tendría que haberse puesto así?
Mi móvil empieza a bibrar nuevamente en mi bolso, como sea de nuevo Gordon no sé que le hago. Pero no, era Leslie.
- Hola Leslie- Digo con desgana.
- ¡Hola! Dios Gweeny, jamás en mi vida había estado tan feliz, ¡Raphael es tan maravilloso! Primero me ha llevado a Hyde Park, me han entrado unos recuerdos como el del zapato... Jaja, bueno pero esque no me he podido parar de reir con él, Dios Gwen, creo que me estoy enamorando. ¡Nos hemos besado! Pero esta vez no fue un beso como los demás, no, fue tan intenso... ¡Dios, como besa!- Paró un instante para coger aire, supongo- Gweny, ¿estás ahí?
- ¿Eh...? Sí sí, estoy sólo que...- No tenía muchas ganas precisamente de chafarle todo a mi amiga, hoy tenía que ser ella la protagonista.
- Te conozco Gwendolyn Shepherd, a ti te pasa algo.
No lo pude resitir más, necesitaba contarle que es lo que me pasaba.
- ¡Se ha puesto celoso! ¡Y de Gordon!

martes, 15 de noviembre de 2011

Capitulo VIII


-Mira Gideon es solo un amigo, nada mas-le dije muy seria.
-Ya seguro, entonces explícame porque te llama a ti y no a otra como a Charlotte y porque te pone te quiero al final del mensaje-me digo enfadado-además no es ¿ese que estaba en la fiesta de Cynthia que no paraba de mirarte el escote?
-Mira ya te lo he dicho, antes estaba colada por él, pero ahora el único que me importa eres tú.-le dije acercándome cada vez más a sus labios que eran muy tentadores. Y al final nuestros labios se encontraron, pero Gideon se separo de mí.
-Vamos a ver la película -digo. La película no fue como esperaba, sino que estuvimos callados sin hacer nada y sin decir nada. Asique como no aguantaba más me levante cogí mi bolso y le dije muy seria:
-Cuando dejes de estar tan celoso me llamas y hablamos. Adiós Gideon-digo esto y me voy cerrando la puerta detrás de mi con un portazo
En ese momento suena mi móvil, y veo que el que me llama es Gordon, lo cogí furiosa.
-Que quieres Gordon?! - le pregunto furiosa.
-Ay nena no me respondas tan enfadada que no te he hecho nada.
-¿Que no me has hecho nada? Me has enviado ese maldito mensaje con él te quiero al final cuando estaba con mi...-¿con mi novio? ¿Gideon y yo éramos realmente novios?-novio, y ahora por tu culpa nos hemos enfadado, pero en fin que querías?
-jajaja te quería preguntar si te vienes al cine conmigo y con los demás de la clase-digo riéndose y como tonteando conmigo
-Pero, ¿no decía en el mensaje algo de biología?
-Si, pero te he mandado ese mensaje porque si te decía la verdad no me ibas a llamar- dijo riéndose.
-Pues ahora no puedo ir lo siento, adiós Gordon-y colgué. Me apoye en la puerta del apartamento de Gideon y aparecieron unas lágrimas en mi rostro.
Fui andando a mi casa muy despacio pues mi madre se debería de estar preguntando que donde estaba.
Cuando llegue a mi casa mi madre estaba sentada mirándome muy seria. Genial seguro que se había dado cuenta de que no había dormido en casa y me quería decir algo. Lo que me faltaba ahora una charla de mi madre.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Capitulo VII ; Gordon.

Gideon se alejó unos milímetros de mis labios. Cosa que, no me sentó demasiado bien que digamos, ¿por qué siempre se tenía que separar? Yo jamás tendría la suficiente fuerza de voluntad como para hacerlo. Sus labios son mi droga, eso lo tengo muy claro, quizá demasiado claro.
- ¿Qué te parece si... Vemos una película?- Susurró Gideon.
- Huuuuuumm... ¿Cuál? Te recuerdo que Leslie y yo hemos visto casi todas las películas que puedes encontrar.- Aseguré, y lo cierto esque no era ninguna mentira.
- ''Y esto es amor verdadero'' Es imposible que la hayas visto, es nueva.
- ¿¡Y ésto es amor verdadero!? ¡Pero si sale en los cines dentro de un mes!- Chillé.
Leslie y yo nos habíamos informado sobre esa película, sería nuestra próxima pelicula en nuestras tardes libres.
- Si bueno... Cuando has estado toda tu vida dedicante a una logia donde participan cientos de personas importantes... Conseguir una película que aún no ha sido estrenada es realmente fácil de conseguir.
- Y... ¿La has conseguido especialmente para mí?- Pregunté acercandome y deshaciendo el milímetro que nos separaba. Dirigí la mirada a sus labios, terriblemente apetitosos. Asintió con una sonrisa débil.- Eso es... Muy caballeroso, muy caballeroso diría yo.
''Te repites'' Escuché en mi cabeza la voz de Xemerius, si estuviera él aquí ahora, seguro que hubiera dicho eso, me apuesto cualquier cosa.
- Lo sé, por eso creo que me merezco una tarde junto a ti, en el sofá, viendo una película los dos muuuy juntos- Alargó la palabra muy- ¿A que si?
Asentí, le di un pequeño pico en los labios y me tumbé en el sofa ocupando todo el sitio.
- Pero que quede claro, este sitio es mio.- Sonreí. Gidoen me devolvio la sonrisa.
Se acerco a mí, apolló la rodilla en un poco de hueco del sofá, se acerco a mi, que majo, su intencion era tumbarse encima mio, pero bueno... Tampoco está muy mal pensada la idea.
Sus labios se acercaron, su mirada pasó de los mios al resto de mi cuerpo. Lo miré de arriba a bajo, por favor, ¿Podría haber alguien mas perfecto que él? Y si lo hay me da igual, lo quiero a él, a él y solo a él. Con sus virtudes y sus defectos.
De pronto, mi móvil empezó a bibrar en mi bolsillo. ¡Mierda!
- Si es Leslie dile que si lo hace a idea, que pare.- Susurrá Leslie.
- Si es ella lo tengo que coger, seguro que me quiere contar algo que habrá pasado con tu hermano...- El teléfono dejo de bibrar, abrí el móvil pero no me podía creer quien era- ¿Gordon? ¿Por qué me habrá llamado?
- ¿Y... quién es ese Gordon?- Preguntó.
- Es un compañero de la escuela. Es un poco pesado pero bueno, es gracioso. Lo peor esque yo antes estaba coladita por él, bueno yo y todas pero vamos, que fue hace mucho. Mira un mensaje suyo, ''Gwen, para mañana es el trabajo de biología, respondemee porfa! tequieroooooooo''
- ¿Y... Porqué te llama? ¿No puede llamar a otra? ¿Y eso de te quiero?- La expresión de la cara de Gideon había cambiado completamente y su buen humor, había desaparecido.
De repente sonreí ampliamente, ¡Gideon estaba celoso! ¡Y de Gordon! Dios, esto era demasiado bueno para ser cierto.
- ¡Estas celoso!
- ¿Yo? Que va, ¿que dices? ¿Yo celoso? ¡no! Solo que no entiendo esas confianzas.
- Gideon, es un amigo, ¡Tranquilo!
Gideon me mandó una mirada desconfiada, la misma cuando pensaba que yo era quien le había llevado hacia la esquina para pegarle, idéntica.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Capitulo VI; "Alomejor yo tambien me convierto en mujer"


Llame corriendo a Lesley para contarle lo que había pasado esa noche entre Gideon y yo.
-No me puedo creer que lo hallas hecho con él- me grito Lesley.
-Sí, pues créetelo, fue tan especial, tanto para mí como para él-le conté todo a Lesley, como empezó todo pero ella quería que le contase todo, y todo no se lo iba a contar.
-Sí, hombre, no seas tan cotilla Lesley, ya lo vivirás lo que yo he vivido muy pronto con Raphael-le dije en tono burlón. Aunque no la podía ver, sabía que en ese momento se estaba poniendo roja por lo que acababa de decir- Venga ahora me tienes que contar tú lo de Raphael.
-¿Qué de Raphael?, si no ha pasado nada entre él y yo, al menos de momento-me dijo.
-Venga ya, no me puedo creer que aun no te hallas besado con él, con todo lo que tonteáis.
-Bueno, haber si me he besado con él, pero hemos quedado hoy para vernos y aclarar nuestra situación, y quien sabe a lo mejor yo también me convierto en mujer y pierdo mi inocencia-me dijo, y las 2 nos empezamos a reír.-Asique te voy a tener que dejar que me tengo que arreglar-me dijo todavía riéndose un poco.
-Ay pues a lo mejor te acompaño al apartamento de Gideon y le doy una sorpresa, porque había quedado con él en vernos esta tarde, pero como ya he arreglado lo de Charlotte, le voy a ir a ver, ¿te parece bien?-le pregunte.
-Vale, en media hora te paso a buscar y nos vamos juntas. Un beso Gweny, te quiero- dijo esto y colgó.
Me puse a pensar que ponerme, porque seguía con la misma ropa que antes asique debía cambiarme y ducharme. Cuando termine de ducharme me puse un vestido azul que combinaba con mis ojos, y una manoletinas blancas, me puse un collar largo y una anillo del mismo color que el vestido.

Cuando llegamos al piso de Gideon, subí corriendo las escaleras, y espere a que me abriesen la puerta después de llamar al timbre. Me abrió la puerta Raphael, y rápidamente entre corriendo a abrazar a Gideon.
-¡Gweny!, ¿qué estás haciendo aquí?-me dijo dándome un tierno beso en los labios.
-Pues he venido a acompañar a Lesley, y de paso darte una sorpresa.
-En fin nosotros nos vamos-dijeron Raphael y Lesley saliendo por la puerta.
-Vale, Lesley, luego me llamas y me cuentas todo ¿vale?-le dije con una sonrisa en los labios. Ella puso los ojos en blanco y asintió y salió por la puerta dejándonos a Gideon y a mi, solos.

Capitulo V; Charlotte

Jadeante, llegué a casa, para mi asombro, mister Bernarh no estaba, así que no se enteraría del futuro revuelo que iba a ver aquí este día.
-          ‘’Y por fin, la princesa llegó a su palacio, con su sonrisa resplandeciente por haber pasado la noche y haber perdido toda la inocencia de una niña. Ya por fin convertida en mujer’’- Relató Xemerius en su novela  imaginaria.
-          ¿Dónde estas?- Pregunté al no poder adivinar de donde provenía la voz.
-          ¡Aquí! ¡En la cosa esta con ocho patas! Arácnido me parece que se llama.
Pegué un chillido cuando vi a una espantosa araña negra que estaba siendo utilizada como sillón de Xemerius.
-          ¿No te da asco sentarte ahí?- Pregunté asqueada.
-          ¿La viajera del tiempo barra(/) princesa tiene miedo de una pequeña arañita?
-          No tengo miedo pero… ¡Pequeña dice! ¡Si es enorme!
-          Bueno va, ¿Qué tal la noche pillina?
Noté como se me encendían las mejillas descaradamente. ¡Esa no es pregunta que hacerle a una princesa!
-          Bien. ¿Y mi prima?
-          ¿Te refieres a la llorona loca que se ha encerrado en su cuarto?- Asentí.- En su cuarto, pero se ha encerrado, eh.
-          Bah, sé donde están las llaves de todas las habitaciones- Dije mientras cogía con una sonrisa pícara las llaves con una ‘’Ch’’ de llavero del azucarero.
-          Mira que lista, y parecía tonta cuando la compramos- Dijo entre risas Xemerius.
Ofendida, entre risas, fui hacia el cuarto de mi prima, subí los escalones de dos en dos, con una amplia sonrisa. Pero justo en ese momento me detuve al escuchar los sollozos de mi prima a través de la puerta.
Y entonces pensé mejor, ¿qué iba a decirle? ‘’Oye Charlotte, que el chico que tu amas desde pequeña, está enamorado de mi en tan solo una semana. Y yo de él, sólo que nos has pillado en una situación un poco incómoda. Espero que no te afecte mucho, y menos que se lo digas a nadie’’
Hasta este momento no me había dado cuenta de lo egoísta que había sido; solo me había preocupado de mi bienestar, que mi familia no se enterara. Pero… ¿Y  el corazón de mi prima?
Vale que no nos lleváramos muy bien, pero eso no significaba que hiciera que mi prima sufriera por mi culpa. Así que me armé de valor, saqué la llave del bolsillo y entre.
-          ¿Qué quieres?- Preguntó tendida en la cama, con el maquillaje corrido por la mejilla.
Me acerqué a ella, me arrodille y le limpie con mis dedos los párpados llenos de rímel.
-          Sólo quería saber que tal estabas. Nada más.
Charlotte se incorporó.
-          ¿No me estás viendo? Dios, esto es humillante.
-          ¿Por qué? Se supone que somos familia, no tiene por qué ser humillante.- Con la mirada fija en el suelo continué- Me hubiera gustado tanto que no te hubieras enterado de esa forma…
-          ¿Cómo has podido? Sabias que Gideon era mi… Que estaba enamorada de él.
-          Yo no sabía nada Charlotte, pero de todas formas… No he podido controlar nada. Y créeme, no has sido la única que ha derramado lágrimas por él.
Me senté en su lado. Charlotte me miro confusa.
-          ¿Has llorado alguna vez por él? No me lo creo…
-          Pues créetelo, porque lo conozco de… Tres semanas, y con todo lo que he llorado por él se podría regar el Sahara.
-          ¿Y por qué has llorado? Creía que tu historia con él era… Magnifica, como un cuento de hadas. Por lo menos eso parecía esta mañana- Inmediatamente las lágrimas inundaron su rostro.
-          Bueno… Para eso te tendría que contar toda la historia, e incumbe al conde y a todos esos vigilantes…
-          Cuéntame, por favor.
-          Esta bien. Bueno, todo empezó el dia en que nos atacaron en Hyde Park…
Empecé a contarle todo, TODO, como había matado a aquel hombre, cuando coincidimos con Lucy y Paul y en el confesionario, nos dimos el primer beso… Todo hasta en este momento incluido todas las tramas de parte del malvado conde, y lo de que soy inmortal… Y ahora Gideon también.
Me sorprendió a mi misma, la tranquilidad con que contaba todo, como cuando le contaba cuentos inventados o alguna de las películas favoritas de Leslie y mías a mi hermana Caroline. Pero más me sorprendió ver que Charlotte, no mostraba ningún signo de asombro. ¿Quizá lo sabría? Cuando terminé, las dos suspiramos fuertemente al unisono.
-          Entonces… El conde as mister Withman está encerrado en el calabozo de Temple por haber creado todo esto para… ¿Nada? Tú eres inmortal, y Gideon igual. Y tus padres son… ¡Lucy y Paul!- Asentí- Entonces tú y yo… ¿No somos primas?
De pronto sentí un pinchazo en mi interior, jamás se me habría pasado por la cabeza que la idea de no tener a miss perfecta de prima me pudiera causar tanto dolor. Por primera vez desde que tengo uso de razón, le abracé con todas mis fuerzas.
-          ¡No! ¡No digas eso! Tú siempre serás para mi prima perfecta, a la que odio y envidio a veces porque todo lo haga como debe ser y que a mi me deje en mal lugar.
Para mi sorpresa, ella me abrazó más fuerte aun.
-          Y tú siempre serás esa prima alegre y sencilla a la que a veces envidio de como es; que siempre se lo tome todo por la parte divertida, y que sepa vivir sin ataduras…
-          ¡Te quiero Charlotte!
-          ¡Te quiero Gwenny!
¡Dios! ¿Enserio habíamos dicho eso nosotras? Lo que podía hacer un simple chico en dos adolescentes. Algo increíble. Al parecer, debo ser como un libro abierto, ya que Charlotte dijo:
-          Más vale que esto no salga de estas cuatro paredes.
-          Créeme, te lo prometo.
Las dos nos reímos fuertemente.
-          ¡Charlotte! ¿Estás bien cariño?- La tía Glenda apareció por la puerta del dormitorio alteradísima.- Cuando he escuchado tu mensaje casi me da algo, ¿qué tenías que contarme?
-          Que…- Charlotte me miro inexpresiva con su sonrisa de Mona Lisa, aquella sí que era mi prima.- Que me duele mucho la cabeza, y que me encuentro realmente mal mamá, sólo era eso.
No pude evitar sonreir.
-          ¿Y tú de que te ries dichosa niña? ¿Esque te alegras de que tu prima esté asi? ¡Tira, sal de aquí y deja a tu prima descansar!- Me chilló.
-          Yo… Adios Charlotte, espero que esto te haya servido para ver que… Yo también me merezco algo.
Mi prima asintió con una sonrisa más… Humana. Mientras salía de la habitación escuche los murmullos de mi tia quejándose de mi, que obvio.
Por lo menos… Por hoy sería un dia tranquilo, además, tengo que llamar a Leslie, una no se convierte en mujer todos los días.

Capitulo IV; Quedate con el recuerdo de que nos vemos por la tarde

Paseaba de lado a lado, inquieta, ¡Dios, como mi prima se haya ido de la legua la mato, me mato y luego toda mi familia me mata, literalmente!
-          Tengo que… Tengo que volver a casa, ya- Dije.
-          ¿Quieres que te acompañe?- Preguntó Gideon.
¿Cómo podía ser tan mono? No me extraña nada que el corazoncito de piedra de mi prima se hubiera convertido en un corazón de mazapán-como el del resto de seres humanos- por él.
-          No gracias. Vamos, si quieres que lady Arista te empiece a pegar en el pecho gritándote lo malo y pervertido que eres, que le has quitado la inocencia a su dulce nieta…- Dije en un tono burlón.- Si quieres eso, vente vamos.
-          Dios, me estoy imaginando la escena- Susurró Raphael mientras se metía la galleta en la boca.
-          Raphael tiene razón, eres una exagerada, no creo que lady Arista…- Gideon reflexiono mejor- ¿Sabes qué? Que quizá lo mejor será quedarme aquí. No me gustaría meterme en más lios.
¿En más lios? Bah, estoy tan nerviosa por lo que pueda pasar que no me apetece ni desayunar, ni preguntar a nadie nada…
-          ¡¿Y mi ropa?!- Exclamé.
-          Ahí, vamos, creo que este mes no me he comprado ningún pitillo ni ninguna blusa de color rosa. Eso lo tengo pensado para la próxima temporada- Bromeó Gideon.
No pude  evitar sonreir. ¡Sólo con verle ya se me dibujaba una sonrisa en la cara! Dios, que patética sueno a veces. Las hormonas de las adolescentes, deberían ser investigadas. Para eso sí que se debería de montar una logia super secreta…
‘’El secreto de las Hormonas``
-          ¡Gween! ¿Hay alguien ahí?- Gritó Raphael con la sonrisa típica de los de Villiers.
-          ¿En que piensas?- Preguntó Gideon.
<<¡En ti, y en como has conseguido que me enamore perdidamente de ti!>> Estuve a punto de decir, pero solo a punto.
-          ¿Yo? En nada, simplemente me he empanado.- Noté como ligeramente se me encendían las mejillas.- Me… Me voy al baño, tengo que vestirme…
¡Maldito pantalón! ¡No entraba! Ahora… ¡Dios, no me puedo creer todo esto! Pero de pronto… ¡Me acordé! Mamá trabaja, la tía Glenda y lady Arista salen para ir a no se que reunión, Nick y Caroline en el colegio y la tía Maddy en casa, pero ella es inofensiva. Se supone que yo también debería estar en el colegio, pero mamá no quería después de todo lo que había pasado.
Al igual que Charlotte, que según la tia Glenda, su ‘’tumor cerebral’’ o ‘’resaca’’ la estaban dejando sin fuerzas, así que lo mejor sería descansar en casa. ¡En casa, pero no en casa de Gideon!
Salí del baño con una gran sonrisa en la cara. Ambos hermanos, se desconcertaron al verme.
-          Exagerada y bipolar. Menos mal que es guapa- Le susurró Raphael a Gideon.
-          Te he oído- Dije.
Raphael parecía cortado.
-          Uish…
-          Bueno, ¿y qué te pasa? ¿cómo esque estas ahora tan contenta?- Preguntó Gideon acercándose hacia mi.
-          Digamos que… Me he dado cuenta de que en mi casa, en estos momentos, ¡No hay nadie! ¡Únicamente la tía Maddy y Charlotte, ¿no es genial?
-          Entonces… ¿Te vas a quedar?
Gideon ya estaba a un simple centímetro de mi. Lo observé detenidamente, jamás podría acostumbrarme a esos preciosos ojos, o a esos labios… O a él.
-          No, me encantaría quedarme, de verdad. Pero no puedo…
-          ¿ni un poquito?- Se acercó un poco más.
No pude hacer otra cosa mas que besarle, al principio, fue un beso delicado, pero cuando me abrazó la cintura, y yo rodee su cuello con mis brazos. La cosa se puso interesante. Pero el beso no duró ni 10 segundos, ya que Gideon se separó de mi.
-          ¿Eso es un sí?- Preguntó jadeando.
-          Eso es un ‘’Quédate con el recuerdo de que nos vemos por la tarde’’- Creo.,